lunes, 31 de octubre de 2011

Volvamos a hablar de noches magas y etílicas. De noches sin sentido, abismales. De ese tipo de de noches que solo te pueden hacer perder (en ese bucle de no sentido infinito).

Allí me encontraba yo (y tú). Allí se encontraba la mitad de la humanidad sin saber que decir, sin saber que hacer, sin saber donde mirar. ¿Actuamos? ¿Y si actúan? No puedes perder por ganar, pero si ganar por perder ( y al revés, ¿me entiendes?).

Creo que te odio. Creo que empiezo a odiaros a todos. Por no dejarme ganar y perder. Por no dejarme llevar por todas esas corrientes invisibles de hormonas y desesperación. Supongo que hablamos de miradas, caricias y contacto físico. Por las barreras invisibles de la conciencia, de la sociedad, de los contratos de las relaciones. Dime una cosa,¿has ganado o has perdido? ¿Volverías atrás? Yo diría que si... sin dudarlo una vez más..

miércoles, 19 de octubre de 2011

Una silla.
Una perra.
Una mirada fugaz.
Ibas desnudo (te desnudé).
Me mirabas fijamente esperando algo, esperándome a mi. A mi respuesta, a mi cara inmóvil [¿Cómo una cosa que está a punto de estallar puede ser inmóvil?]. Y de golpe te balanceabas hacia mí, arañabas mi pecho (ahora también desnudo). Y mis colores cambiaban de pálido a rojo. De rojo a furia, a ira.
Una mirada encontrada.
Una puerta.
Un adiós.