domingo, 19 de septiembre de 2010

Aparecía él. Ni el mar ni la playa ni él. Y salían los temores de siempre, los temores que me hacían pequeña. Como siempre era un momento tenso, un momento difícil y sabía que era de las pocas personas que me podía comprender.

La costumbre, ese gran conocido que mejor no conocer. La no costumbre eso que te hace desconfiar. Ya no te extraño, ya no me haces daño. Eso es.

Y al contacto con la realidad, todo seguía igual. Sangre y muertes.

1 comentario:

  1. Me gusta mucho la frase q has puesto de "la costumbre".
    Buen post.
    Besos!

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