domingo, 28 de noviembre de 2010

Al cerrar los ojos tu olor se hacía más fuerte. Mis fosas nasales podría decir que se estremecían, y en mi cerebro de desencadenaban miles de reacciones que mi cuerpo no sabía controlar. No dormía. Aún no.

A dos centímetros de ti me encontraba y no podía conciliar el sueño, tu respirar, tu piel, tu esencia. Alucinaciones. Y al despertar, volvías a desvanecer, por las escaleras.

2 comentarios:

  1. Hay fantasmas q se desvanecen, pero siempre están presentes.
    Besos.

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  2. Me has recordado a dormir en compañía de alguien que te gusta.. :)

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