sábado, 31 de julio de 2010

El dormir es la muerte de cada día.

Sin saber como ya en la cama ves a todas esas pequeñas personas que de convierten en una.

El chico con la mirada perdida que te sonríe, que te sonrío un año atrás y luego se fue con la chica rubia que no era no bonita. La chica que no era ni bonita que estaba sentada al lado de un chico que la quería solo por lo que llevaba entre las piernas.

Los abrazos perdidos que tu no has pedido, el sudor, la angustia, el pánico. El egocentrismo escéptico. El no saber donde estás, el querer más y no hacer, las dudas. El amor fugaz que de ir tan rápido ni ha empezado. Pero ya ha terminado, y ahora te espera a tu lado, en la cama, para hacerte el amor. Para recordarte que sigues viviendo.

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