jueves, 29 de julio de 2010

Luz, mucha luz. Una gran ventana sin persianas, miles de libros ordenados sin ningún sentido aparente, alguien constipado no muy lejos de mí, el frió en los pies, el aire calido, el sofá, yo tendida sobre él, esa sensación de tranquilidad.

La ciudad ha despertado y solo puedo parar a contemplar ese gran ventanal, que a la vez me conduce a otro ventanal que me comunica con el mundo real.

Cuando he despertado he estado pensando en el extraño sueño que he tenido. Juraría que no ha durado más de veinte minutos pero me ha aportado una extraña sensación que aún me ha hecho sentir más extraña cuando la primera persona a la que he visto a sido la persona con la que he soñado, ese gran desconocido. La verdad es que antes de tener ese sueño tuve otros, pero antes de dormirme escuchaba esa leve respiración, acompañada a veces de los sonidos típicos de un resfriado. Una respiración que me hacía estar inquieta a la vez que me tranquilizaba.

2 comentarios:

  1. Siempre nos viene bien tener a alguien cerca, aunque sea resfriado, aunque sea desconocido. Y aunque sea en sueños o real.
    Besos!

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